Quien más y quien menos ha sentido que la vida, especialmente la profesional, va muy deprisa. Nos movemos por autopistas, a veces bien asfaltadas y otras no tanto. Tenemos un destino, la presión de llegar lo antes posible y un GPS que marca la ruta y que no deja mucho margen para salirnos del camino.
De vez en cuando hace falta parar, encontrar un momento para pisar el freno y pensar despacio.
Eso es lo que pretende ser este espacio de pensamiento: un alto en el camino para mirar el mapa con calma; una carretera secundaria por la que avanzar sin un destino fijo, solo por el placer de explorar. Un cuaderno de bitácora para registrar ideas, hacer zoom en detalles que en el día a día se escapan y compartir los hallazgos del camino.
El mapa de este viaje
Que no haya un destino fijo no significa que sea un viaje sin rumbo. En el centro de este mapa imaginario hay algunos temas que, sin duda, visitaremos a menudo: la comunicación, la psicología, las dinámicas relacionales y la resolución de problemas complejos.
Pero hay muchos territorios por descubrir, así que, muchas veces dejaremos que el rumbo lo marque una experiencia, una lectura, una conversación o, simplemente, algo que se me ha pasado por la cabeza.
La brújula: curiosidad y diálogo
En este viaje no hay verdades absolutas ni rutas únicas. Mi brújula es la curiosidad, alimentada por experiencias, lecturas y, sobre todo, por personas. Siempre he creído que las ideas más interesantes surgen al intercambiar puntos de vista.
Por eso, esto no pretende ser un monólogo, sino una invitación a compartir perspectivas y a dibujar, juntos, mapas un poco más completos.
¿Te vienes?
Esto es solo el kilómetro cero. Si te apetece acompañarme en este viaje de exploración, sin prisa pero sin pausa, nos vemos en la próxima parada.
Imagen generada con IA de Canva.
