Breve defensa de la mirada generalista

Vivimos en la era de la hiperespecialización. El mercado laboral, el entorno académico y la sociedad en general parecen enviar un mensaje claro: para tener éxito, debes elegir un nicho y profundizar en él hasta convertirte en el máximo experto.

Y es cierto, la especialización es necesaria y valiosa. Pero, ¿hemos llevado esta idea tan lejos que estamos perdiendo la capacidad de ver el bosque además de los árboles?

El valor (innegable) del especialista

Empecemos por lo obvio: el mundo necesita especialistas. Necesitamos al cirujano que ha realizado la misma operación miles de veces, al ingeniero que conoce cada detalle de un material, al programador que domina un lenguaje de nicho.

La profundidad del conocimiento especializado es lo que permite el avance técnico y la resolución de problemas concretos con una precisión insuperable.

El especialista nos da respuestas.

La necesidad de la mirada generalista

Sin embargo, junto a esa necesidad de profundidad, existe otra igualmente importante: la de amplitud. Aquí es donde defiendo el valor de la mirada transversal.

Soy generalista por naturaleza y por elección. La curiosidad me ha llevado siempre a explorar territorios diversos, a intentar conectar temas aparentemente alejados.

En un mundo que valora la especialización por encima de todo, admiro el valor de las mentes polímatas, las que son capaces de transferir conocimientos entre campos, de aplicar marcos conceptuales de una disciplina para resolver problemas en otra. No es dispersión, es capacidad de síntesis.

Si el especialista da respuestas, el generalista plantea preguntas.

El punto de encuentro: el generalista especializado, el especialista en generalidades

Como decía, esta aproximación generalista no significa dispersión o superficialidad. Al contrario, se trata de una especialización diferente: la especialización en la integración, que permite profundizar selectivamente en aquellos aspectos que resultan más relevantes para cada situación, manteniendo siempre una visión periférica que enriquece el análisis.

En el punto medio entre el especialista puro y el del generalista disperso, está el generalista especializado, el especialista en generalidades, el que tiene la capacidad de ver el sistema completo y, al mismo tiempo, hacer zoom en las partes críticas.

Conectar los puntos: la habilidad esencial

Creo que los desafíos más complejos de nuestro tiempo en las empresas, en la sociedad, en la política, requieren precisamente esta capacidad de integrar múltiples perspectivas y conocimientos, una habilidad que los perfiles con una mirada transversal aportan de manera natural. No se trata de saber un poco de todo, sino de ser un experto en conectar los puntos.

Imagen generada con IA de Canva.

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